La emoción de leer (y escribir, por tanto)

 Es bien sabido que las emociones son reacciones que cada individuo experimenta produciendo alegría, miedo, ira, etc., son estados afectivos, reacciones subjetivas al ambiente que acompañan cambios orgánicos donde la experiencia adquirida define cómo se vive cada emoción.

Se habla del control o autocontrol emocional que se construye desde un nivel cognitivo de aceurdo con las capcidades o habilidades para comprender, razonar, emitir jucios o memorizar; surge un nivel fisiológico en donde el cuerpo manifiesta ciertas respuestas como tensión muscular, presión arterial, respiración a diferentes riermos, etc. Existe un nivel subjetivo que es relacionado con las sensaciones físicas, intensas, agradables o desagradables y que son responsables del grado de satisfacción ante las emociones provocadas.

Sin embargo, en un salón de clases, el maestro debe ser capaz de provocar emociones en su grupo de alumnos totalmente heterogéneo. No es necesario desde luego, que conozca cada nivel emocional de cada uno de sus alumnos (aunque a veces logra reconocer los de la mayoría). ¿Qué estrategias emplear para emocionar a sus alumnos?

Las emociones son reacciones naturales en el individuo (innatas) pero van modificándose y dando lugar a nuevas, conforme se desenvuelve en su contexto social, en donde el primero es siempre el ambiente familiar.

¿Son las emociones responsables por tanto del aprendizaje y de la forma cómo el individuo lo convierte en aprendizaje significativo? Sí. La emoción positiva (aquélla que produce sensación agradable en el cuerpo) hará que todo aprendizaje sea de forma positiva (valores bien entendidos). Por el contrario, las emociones que producen sensaciones desagradables en el cuerpo, rechazarán aprender, o lo convertirán en aprendizaje de experiencia desagradable. ¿Qué cúmulo de cada tipo de emoción lleva el niño a la escuela primaria? ¿Es ya capaz de dominar sus emociones?, ¿de autocontrolarse?

Toda emoción, cualqueir tipo de ella, es preciso tenerla al momento del acercamiento al desarrollo de la lectura de comprensión. El niño debe leer lo que le gusta, lo que le interesa; y este gusto o interés surge por alguna emoción. Suena ilógico pensar que un niño que manifiesta miedo ante una lectura de cuentos de terror, querrá leer con mucho interés acerca del tema, pero ante las reacciones infantiles es muy probable que lo haga y vener el miedo incial para convertirlo en potencial interés ante este tipo de textos. Las emociones ante la lectura suelen tner respuestas diferentes.

Esto obliga al maestro a formarse o desarrollarse como un lector provocador de emociones; un lector que no lea cualqueir texto con la misma intensidad de voz, de ánimo, o con la misma calidad lectora, con fluidez y respetado los signos de puntuación. Es preciso que el maestro lector se emocione.

La emoción el maestro ante la lectura tiene que tener un acto incial o precedente a la oralidad del texto. Contar una historia, cuento, anécdota, chisme, chiste que haga al niño sentirse cómodo al escuchar lo que el maestro expresa con emoción contagiante. Es cierto, es necesario un maestro lector que sea un buen intérprete de emociones, un actor leyendo textos.

Una vez que ha enganchado al niño emocionalmente, leer ante él con la vívida emoción que puede encontrar en cualquier lectura. Es decir, no dejar la emoción inicial, por el contrario, hacerla crecer, mostrar otras, hacer partícipe al niño pidiéndole que él demuestre las suyas al respecto. Hacer de cada lectura un tiempo, un espacio emocional que deje la sensación de seguir leyendo, escuchando al lector o necesitando desarrollar de forma personal, las habilidades para leer, comprendiendo lo que se lee para provocar emociones en quien lee y a quienes escuchan la lectura.

Necesario es que el maestro conozca sus propias emociones, que logre autocontrol sobre ellas. Es el responsable en la escuela de edificar un ambiente emocional divertido, para disfrutar, en donde el niño experimente con sus emociones aprendidas en el hogar y las modifique positivamente, descubriendo que de esa manera logra aprendizaje significativo.


Reitero la necesidad de provocar emociones para provocar aprendizaje. A esto hay que añadirle la habilidad didáctica de cada maestro, plasmada en su planeación para llevar de la mano a su grupo y lograr que todos los niños aprendan a su propio ritmo, un ritmo marcado por la establidad emocional que presente ante cada nuevo reto educativo.

Las primeras emociones, las más fuertes, provienen de casa, de la familia, del ambiente de relación con papá y mamá principalmente. La escuela recibe y trabaja con ellas y las adecua si es necesario para provocar un aprendizaje formal, competencias para la vida. Esto desde luego, cuando el alumno lee, comprendiendo muy bien lo que lee.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Inteligencia Artificial

Tanatología